28/5/08

Antifonte



Fue un sofista contemporáneo de Sócrates algo más joven que Gorgias. Nació en Ramnunte, aproximadamente en el año 411 a.de C. y murió cerca del 480.
Tenemos noticia de que escribió las siguientes obras: Tetralogías, Sobre la verdad y Sobre la concordia.
Antifonte fue un refinado y culto intelectual que incluso ejerció labores de psicólogo en sus tiempos. Según Guthrie, Antifonte tuvo en Corinto un despacho cerca del Ágora en el que anunciaba que podía curar con la palabra a todos los afligidos, de la misma manera que se hace hoy en las clínicas psiquiátricas. Según este sofista, las raices de todas las enfermedades físicas se encuentran en la mente, llegando a ser, a veces, evasiones de la vida activa.
Todo ello se halla en relación con la afirmación de la necesidad del autocontrol y la moderación en la vida.
Respecto al problema de la relación entre nómos y physis propio de la sofística, Antifonte fue un defensor de la physis frente al nómos. La ley es un acuerdo antinatural, artificial, que es respetado únicamente cuando tenemos miedo a las consecuencias de su violación.
Las leyes no se fundan en la naturaleza, son convenciones sujetas al cambio continuo. Hay cosa buenas por naturaleza y cosas buenas por nómos. Los hombres debemos seguir los preceptos de la naturaleza antes que los de las leyes.
La naturaleza nos empuja a evitar el dolor y buscar el placer. Cuando la búsqueda de placer choca contra las leyes, sólo se seguiran éstas si el no hacerlo nos acarrearía un dolor mayor, como castigo.
La ética de Antifonte, por lo tanto, es un hedonismo moderado.

23/5/08

Trasímaco


Nació en Calcedonia de Bitinia (colonia de Megara), en el Bósforo, aproximadamente en el año 450 a.de C.
Era un excelente retórico y orador, interesado fundamentalmente por la enseñanza de la ética y la política.


Conservamos un fragmento de un discurso suyo a la Asamblea Ateniense, celebrado en la última etapa de las guerras del peloponeso. Trasímaco aconseja armonía entre los partidos, y evitar que sea el ansia de poder lo que legitime sus luchas partidistas. La actualidad de este discurso es evidente.
Trasímaco mantuvo una postura realista que afirmaba que la justicia es el interés del más fuerte.
Las leyes son dictaminadas por los que ejercen el poder con vistas a su propio beneficio o conveniencia. La justicia es aquello que beneficia, interesa y conviene al gobierno establecido, y, por lo tanto, beneficia al más fuerte.
Los Estados justifican sus abusos de poder a través de las leyes, de tal manera que en nombre de la justicia se termina justificando dicho abuso.
A Trasímaco no le interesa lo que debería ser la justicia sino lo que realmente es. En este sentido, su desenmascaramiento de la hipocresía hace patente la pérdida de sentido de un ideal de justicia que vaya más allá de los egoismos e intereses particulares y mezquinos.
Por lo tanto, lo que denuncia este sofista es que, debajo de todo el tejemaneje del poder nos encontramos siempre con el dominio del fuerte sobre el débil.
La muerte de Trasímaco es un enigma. Posiblemente se suicidó, pasado el año 339 a.de C.