23/5/08

Trasímaco


Nació en Calcedonia de Bitinia (colonia de Megara), en el Bósforo, aproximadamente en el año 450 a.de C.
Era un excelente retórico y orador, interesado fundamentalmente por la enseñanza de la ética y la política.


Conservamos un fragmento de un discurso suyo a la Asamblea Ateniense, celebrado en la última etapa de las guerras del peloponeso. Trasímaco aconseja armonía entre los partidos, y evitar que sea el ansia de poder lo que legitime sus luchas partidistas. La actualidad de este discurso es evidente.
Trasímaco mantuvo una postura realista que afirmaba que la justicia es el interés del más fuerte.
Las leyes son dictaminadas por los que ejercen el poder con vistas a su propio beneficio o conveniencia. La justicia es aquello que beneficia, interesa y conviene al gobierno establecido, y, por lo tanto, beneficia al más fuerte.
Los Estados justifican sus abusos de poder a través de las leyes, de tal manera que en nombre de la justicia se termina justificando dicho abuso.
A Trasímaco no le interesa lo que debería ser la justicia sino lo que realmente es. En este sentido, su desenmascaramiento de la hipocresía hace patente la pérdida de sentido de un ideal de justicia que vaya más allá de los egoismos e intereses particulares y mezquinos.
Por lo tanto, lo que denuncia este sofista es que, debajo de todo el tejemaneje del poder nos encontramos siempre con el dominio del fuerte sobre el débil.
La muerte de Trasímaco es un enigma. Posiblemente se suicidó, pasado el año 339 a.de C.

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